miércoles, 21 de enero de 2015

El francotirador paciente.

Durante nuestras vacaciones de navidad, hemos tenido que leer El francotirador paciente, un libro de Arturo Pérez Reverte, del cual hicimos un examen la semana pasada. Esta semana como trabajo semanal, ha tocado hacer una crítica sobre este libro.
El francotirador paciente no trata ni de francotiradores ni de guerra ni nada por el estilo, trata sobre el mundo de los grafitis, concretamente, del mejor grafiteros de todos, Sniper. La historia trata sobre una mujer llamada Alexandra Varela, trata de encontrar a Sniper para que exponga sus "obras de arte" (grafitis) en salas de arte y se hagan libros sobre él... El título de este libro, hace referencia a los sigilosos y escondidos grafiteros que salen en la noche y atacan las paredes como si fueran francotiradores esperando que llegue su tiempo para disparar y también porque Sniper cada grafiti ponía el signo de la mira de francotirador para demostrar que fué él el que realizó el grafiti. 
Durante la historia, Alexandra tiene que ir pista tras pista hasta encontrar a Sniper e intentar convencerlo. Pero bueno no estoy aquí para contaros la historia del libro, estoy para hacer una critica sobre él, por cierto, os recomiendo mucho el libro ya que es uno de los mejores que he leído en este año. 
Respecto al libro, trata sobre un tema del que no se sabe mucho. El mundo de los grafitis es un mundo que ocurre de noche a oscuras y lo más rápido posible. Este libro trata de crear una duda sobre nuestro pensamiento acerca de los grafitis. ¿Son los grafitis arte? o ¿son una pintura que destroza una pared? Este libro nos hace mucho reflexionar sobre este tema. Sinceramente, en mi opinión, un grafiti bien hecho es una obra de arte que debería estar en una exposición de grafitis. Aunque sé que para muchas personas los grafitis son actos vandálicos de un joven que no tiene nada mejor que hacer que ir estropeando escaparates y paredes. Para esas personas que piensan esto, les recomiendo leer este libro ya que un grafitero puede crear arte como lo hace cualquier pintor de la actualidad.
En mi opinión hay que dejar libertad en la imaginación de los jóvenes autorizando que se hagan grafitis en casas que no vive nadie o en lugres abandonados sin que molesten estos grafitis a ningún escaparate o a ninguna pared del centro de la ciudad y que luego los del ayuntamiento tengan que borrarla; si se llega a un acuerdo ambos grupos (grafiteros y personas que caminan por la calle o tienen una tienda o una casa) pueden vivir en armonía.

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