martes, 20 de enero de 2015

El francotirador paciente. Arturo Pérez Reverte.

Arturo Pérez-Reverte, el autor del libro que nos ha tocado leer, es un escritor, miembro de la Real Academia Española, periodista y antiguo corresponsal de guerra.

Tras haber leído dos libros de este autor, El Asedio y La sombra del águila, al Miguel Roa decirnos que era un libro cuyo autor era el susodicho no me pareció mala idea ya que mi experiencia al leerlos no fue mala.

He podido observar que la temática que yo le atribuía al autor se ha destrozado con este libro, pues no tiene nada que ver. Sin embargo, tampoco me ha decepcionado en este libro.
Me parece una historia interesante. Al principio me sentía un poco perdida y no tenía muy claro qué estaba leyendo pues el titulo me daba a entender que la temática bélica proseguiría al igual que en los libros que me he leído anteriormente. Sin embargo, lo que estaba leyendo no tenía nada que ver con una guerra, no al menos como lo esperaba. Pues en ella si se da una "guerra" aunque de otro tipo.

Esta historia me ha parecido un poco surrealista pues me parecía algo extraño tanta importancia por un tipo de arte que hoy en día no está en pleno auge. Sin embargo, luego cobra sentido pues al hombre que persigue, Sniper, provoca grandes acontecimientos grafiteros en los cuales ciertas personas ya habían perdido la vida.

En este libro podemos observar distintos aspectos de los diversos personajes que intervienen en la trama. Comenzamos con Lex, una joven que busca venganza. Es una protagonista que nos hace pensar, pues no da a entender sus propósitos de encontrar a Sniper en ningún momento y te hace sorprenderte al final de una forma muy inesperada a mi parecer.
Por otro lado tenemos a Lorenzo Biscarrués, el padre del chico que murió en una de las iniciativas propuestas por Sniper. Este hombre con su poder pretende controlarlo todo, nos muestra el poder del dinero. Nos muestra hasta que punto pueden llegar las personas, ya sea por venganza, por amor o por orgullo, para ello hace uso de su dinero y contrata a un par de sicarios para llevar a cabo su propia justicia.
Y por último nos encontramos con Sniper, un grafitero que no cree que la fama sea de los artistas. Su lema es que si es legal no es grafitti.  Su personalidad es un misterio durante toda la historia y solo muestra un punto flaco en el relato, su pareja, el resto no le importa.

En definitiva, esta historia me ha gustado aunque quizás no esperaba ese final. Una vez más Arturo Pérez-Reverte nos muestra que no siempre los finales son felices para todos. Con el asesinato de Sniper vengan las muertes que él mismo ha provocado indirectamente, pero a mi parecer no es justo pues cada cual es responsable de sus actos y debemos saber diferenciar a quién debemos tener de ídolo o a quién debemos seguir, pues muchas veces elegimos al ídolo equivocado. Además, a parte de ser una mala elección, el siguiente problema viene cuando tomas tuyos los planes de otra persona siendo éstos de riesgo evidente. Por eso para mí Sniper se libraría de culpa, solo es culpable de hacerlo él, cada cual debe tener la responsabilidad y madurez de saber qué debe hacer y que no por su propia seguridad.  Bien es cierto que si este hombre no realizara ese trabajo no tendrían lugar esas muertes, pero eso no tiene solución, hacerle caso o no es cosa de los demás ya puede decir o proponer cada cuál lo que quiera, es nuestra responsabilidad.

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