martes, 5 de mayo de 2015

Mi paso por el IES San Juan de Dios

Todo comenzó cuando entré en 1º de ESO en el IES San Juan de Dios. Al principio estaba asustada por eso de las novatadas y de que te llamaran pipiolos y sobre todo el rumor de que... ¡¡te tiran huevos!! Ante todo está la presión de tus padres, en mi caso de mis hermanos mayores que pretendían que fuera el primer día asustada para después decirme que no es para tanto. Y es verdad, lo superamos.

El primer curso lo recuerdo como un gran cambio en el que comienzas a organizarte algo mejor, bajas un poco la nota...porque como tantas veces repitieron los profesores ¡ya no estábamos en el colegio! Este nuevo cambio conllevaba una responsabilidad que poco a poco fuimos adquiriendo hasta el día de hoy.

El segundo curso sin embargo ya es otra cosa. En segundo piensas que ya no eres tan pequeño, que los exámenes no son tan difíciles y que los que no te salen muy allá es porque cierto profesor te tiene manía y claro... no es tu culpa.

En general primero y segundo fueron un paseo en comparación a tercero. Desde mi punto de vista fue el año de secundaria que más difícil me resultó, no por una asignatura en concreto, sino en general. Además, mi poco  agrado hacia Francés alcanzó su máximo esplendor.
También fue durante el tercer curso cuando realizamos un viaje a Cantabria, concretamente estuvimos en Viérnoles. La verdad es que resultó ser una de las experiencias más gratas que me he llevado de mi estancia en el instituto ya que en este viaje conocimos a un grupo de alumnos canarios con los que convivimos y con los que aún a día de hoy mantenemos contacto. Y es que.. ¡todo no iba a ser estudiar! En particular, Laly, realizó muchas excursiones en este curso y me inculcó cierto cariño hacia biología.

Superado el duro trago que resultó para mí tercero llegamos a cuarto. Un curso en el que te crees mayor y en el que desde el primer día solo existe una palabra en las aulas, ROMA. Este viaje fue una experiencia maravillosa en una ciudad mejor aún con personas inolvidables.
Generalmente cuarto fue un curso llevadero, exceptuando la presión por tener que elegir ciencias o letras.

Yo en un principio me decanté por ciencias, ya que sino no podría estudiar biología. Además, el primer trimestre de 1º de Bachillerato lo pasé en Cádiz en el colegio Amor de Dios. Con esta experiencia de cuatro meses me di cuenta de que es cierto lo que dicen, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes... por lo que volví a Medina y proseguí mis estudios en el IES San Juan de Dios, pero esta vez en Bachillerato de Ciencias Sociales, pues mis expectativas futuras habían dado un auténtico giro. De lo cual no me arrepiento.

Primero de bachillerato acabó siendo una pesadilla constante, con exámenes constantes y agobios varios. Pero al igual que el resto de los cursos, lo superamos y con creces. Es en estos años, ante las dificultades que se te plantean en tu día a día y con el agobio de que no te da tiempo a "na" cuando entablas unas relaciones con tus compañeros que jamás pensarías que pudieran llegar a tal grado.

Hoy, en mayo de mi último año en el instituto, si que no tengo tiempo de "na". Echo la vista atrás y veo las numerosas experiencias y anécdotas que me llevo.... como aquel día en el que vinimos disfrazados al colegio y en una conga recorrimos el instituto del primer al tercer módulo, o las numerosas caídas que Eloy ha tenido que ver en ese primer módulo desde la pantalla de su despacho (de profesores incluidas), las incontables excursiones que en bachillerato tanto escasean... En fin, aunque parezca que no, el tiempo pasa muy rápido y a punto de entrar en la Universidad te das cuenta de las numerosas experiencias que te aporta estudiar en el IES San Juan de Dios y la ayuda que prestan la mayoría de los profesores.

Para finalizar, si tengo que elegir una anécdota a resaltar de todos estos años en el IES San Juan de Dios me quedo con lo sucedido en Roma. Una de las noches un compañero estando en una de las habitaciones dijo "voy al baño", acto seguido sin darse cuenta abrió la puerta que se dirigía al pasillo y cuando se percató de que no era el baño dijo "¿qué?". Fue un momento divertidísimo.

Hay que añadir que este año solo hemos oído la palabra SELECTIVIDAD y a un mes de presentarnos... me toca dar las gracias por la ayuda y atención que hemos recibido para sentirnos preparados para lo que nos echen, en este instituto hay muy buenos profesores y mejores personas.

Mi paso por el I.E.S.San Juan de Dios

Lo pienso y no me lo creo, en menos de 22 días, mi vida como alumno del IES.San Juan de Dios se acaba. Han pasado estos 6 años en un visto, pero lo que jamás me arrepentiré fue de venir a este instituto y de conocer a todas las personas que he conocido durante estos años. Una vez que acabe mi paso por este instituto, siempre recordaré la gran cantidad de amigos que me llevo, los diferentes profesores que he conocido y la cantidad de tardes estudiando para aprobar siempre con la mejor nota posible. Otra de las cosas que tengo claras, es mi elección de seguir estudiando bachillerato. Pero como historia bonita, todo tiene un principio y sobre todo un final. Aún recuerdo mi primer día, cuando llegué, miré las listas y me di cuenta de que muchos de mis amigos del colegio no estaban en mi clase. Recuerdo que dije: "Jooo, me ha tocado con todos los niños que estaban en 6ºB", con los que mi relación en el colegio, no había sido buena, debido a la rivalidad que existía entre mi querido 6ºA y el odiable 6ºB. Sin embargo, con el paso de los días pude darme cuenta de que todos eramos iguales y que lo de la rivalidad era una tontería. Con el paso de los años, las asignaturas se fueron complicando y cada vez había que estudiar más y más. Y con el paso de los años, los profesores iban cambiando, algunos amigos repitieron y la relación con los que seguían en mi clase mejoró cada vez más. Finalmente, llegó el final de 4º de ESO y durante ese verano, decidí elegir el bachillerato de ciencias. Creo y espero que una de mis mejores decisiones en la vida ya que a causa de esto, tengo pensado hacer una carrera vinculada con las ciencias. Esto hizo que muchos de mis compañeros fueran a la rama de letras y pero esto trajo consigo algunos nuevos compañeros. Recuerdo ese primer día de bachillerato con los nuevos compañeros de Paterna y algunos mayores que se habían apuntado a bachillerato. Durante estos dos años de bachillerato, creo que hemos conseguido un ambiente en la clase inmejorable, aunque tengamos nuestras peleas a la hora de elegir el día de los exámenes, todos nos ayudamos y nos apoyamos. Sinceramente, ahora que este es el último mes con ellos, sé que el año que viene los voy a echar mucho de menos y aunque quedaremos alguna que otra vez y coincidiremos por Medina, todo va a ser diferente sin ellos.

Bueno ya que estoy contando mi paso por mi instituto, no puedo dejar sin contar, una de las anécdotas más graciosas para mi desde que llegué al instituto. Lo pienso y me río, todo sucedió con mi primer examen del instituto. El examen era de Lengua Castellana y mi profesora era Manoli, que ya no se encuentra como profesora en nuestro instituto. Recuerdo haberme hartado de estudiar para el examen para empezar con buen pie. Hicimos el examen y a los pocos días, Manoli los había corregido. Recuerdo que Manoli, iba preguntando uno por uno cuanto creían que habían sacado y después le daba su examen. Tras repartir varios exámenes a mis compañeros, se acercó a mi y me pregunto :"¿Cuanto crees que has sacado, Pablo?, yo respondí: "Creo que un 7 o 6" y ella dijo "te has pasado"; cuando vi que había sacado un 4, me entro una pena que no pude controlarme y me puse a llorar. Al  salir del instituto y me vio mi hermano llorando me dijo: "¿Qué te pasa?" y yo respondí: "nada que he suspendido lengua" y me dijo: "Anda, vas a llorar por un examen, ya aprobaras, aún te quedan muchos años suspendiendo algún que otro examen". Ahora recuerdo ese día y me imagino como un niño pequeño, llorando por un simple examen. Finalmente, aprobé los siguientes exámenes de Lengua y aprobé la asignatura. 

Respecto a una anécdota de la asignatura de Proyecto Integrado, por supuesto, es una anécdota sobre el día que fuimos monitores del concurso de fotografía. Ese día, iba de monitor junto a mi compañera Mª Paz Astorga y cuando tocó formar los grupos de alumnos de los colegios con los que pasaríamos la mañana echando fotos, pude observar que me habían tocado dos alumnos que los conocía anteriormente por su mal comportamiento. Una vez todos juntos, observé que ambos se llevaban muy bien a pesar de ser de diferentes colegios. Durante el día, hicieron muchísimas trastadas, uno de ellos cada vez que veíamos un bar entraba pedía un vaso de agua, bebía un poco del vaso y lo dejaba. Pero la anécdota en sí, recuerdo estar harto de aguantar a esos dos alumnos y decidí hacer una competición con ellos, les mentí diciéndoles que quien echara la mejor foto en movimiento, su foto se pondría en uno de los pasillos del instituto con su nombre y foto abajo. Recuerdo estar en una de las cuestas que va hacia la Iglesia Mayor, y apareció un hombre con una moto. Así que dije: " Quien haga la mejor foto de la moto en movimiento, su foto será escogida para ponerla en uno de los pasillos". Recuerdo ver a 3 de los alumnos corriendo atrás de la moto cuesta arriba chillando "Más despacio, que no me ha dado tiempo de hacer la foto". Una vez la moto se fue, volvieron conmigo y pude ver sus fotos turbias sobre la moto. Les dije que estaban bien pero si querían ganar el concurso, debían realizar más fotos y ponerse serios. Gracias a esta mentira, conseguimos que los alumnos se tranquilizaran un poco y dejaran de hacer trastadas.

Recuerdos de mi paso por el San Juan de Dios

6 años, innumerables historias.

Cuando llegas a Segundo de Bachillerato toca plantearse qué ha pasado con aquellos chavales de 11 o 12 años que entraron en 1º de la ESO siendo niños.

Niños con miedo al instituto, con un futuro incierto, abierto a infinitas posibilidades, niños que al fin y al cabo eran eso, niños.
Yo estaba en ese grupo de 1997 que entraron en el instituto en aquel Septiembre 2009, tan perdida como los demás y que ahora, en 2015, está a un mes de acabar el instituto.

Teniendo en cuenta que yo provenía de un colegio no demasiado numeroso, en mi nueva clase tenía mayor cantidad de nuevos compañeros que conocidos, lo cual me llevaba a, por así decirlo, empezar una "nueva vida".

Primer día de clase, nuevas caras, nuevos profesores, nuevas sillas y mesas, no sabía que ese sería el comienzo de algo grande, lleno de alegrías, tristezas, agobios, amores y mil aventuras.

Yo no sé qué pensaría la chica con la que me senté el primer día de clase cuando en lugar de presentarme, directamente le pedí un lápiz y una hoja porque yo no llevaba nada, pero a día de hoy es una de las personas más importantes para mí, qué mejor que conocerse entre risas, ¿no?

1º de la ESO, 2º o incluso 3º me pillan tan lejos en el tiempo que es difícil recordar, sin embargo de 3º de la ESO me llevo ese viaje a Cantabria en el que todos debimos perder unos kilos por culpa de aquella comida que no había quien se tragara, en el que dejamos nuestros nombres en el armario de la habitación solo porque había nombres de anteriores estudiantes o aquella última noche en la que todos entre lágrimas nos encerramos en el módulo de los chicos porque canarios y asidonenses ya no nos queríamos separar nunca más.

En 4º es imposible dejar de lado Roma, posiblemente la mejor excursión que se puede hacer durante todo el instituto. En esa excursión todos se olvidan de las diferencias que se tienen en Medina o enfados, todos éramos amigos, compañeros, lo que hiciese falta. Realmente me gustaría recordar más de lo que lo hago este viaje, porque en mi opinión marca un antes y un después. Cómo anécdota de este viaje, no se puede obviar aquella noche en la Fontana di Trevi en la que se nos hizo tarde y tuvimos que salir corriendo con los helados para no perder el tren de vuelta al hotel. Teniendo en cuenta que estabamos estrozadísimos de todo el día caminando, fue duro, pero muy divertido.

Y después de 4 años en los que ya estás totalmente asentado en el instituto, te dicen que tienes que entrar en Bachillerato, dar un último empujón porque la Selectividad está a la vuelta de la esquina. Se veía tan lejos la Selectividad desde 1ºde Eso... Pero no, ya estaba allí, aún la veías lejos pero sabías que de un momento a otro llegaría y que el camino hasta ella era bastante duro.
En 1º De Bach te das cuenta de que la cosa ya es seria, te entran los agobios, tienes que estudiar más que antes, tienes menos tiempo para todo, pero eso no quita que tengas que dejar de tener vida social, ni mucho menos. Para mí, los dos mejores años en que mejor me lo he pasado y he forjado mejor amistad con mis amigos han sido sin duda estos dos cursos de bachillerato, y a pesar de los agobios no los cambiaría por nada.
Aún así todavía te tomas la cosa con calma, porque dices 'Bueno, aún es 1º, queda tiempo'. De este curso me llevo sin duda la excursión a Granada, creo que disfrutamos todos como niños en la nieve.

Y llegaba 2º de Bachillerato, ese curso en el que escuchas más Selectividad que horas tiene el día. Ese curso en el que te ríes de los que ahora están en 1º de Bach porque no tienen ni idea de lo que es el agobio.
Ahora que este largo camino de 6 años se está acabando, miras a tu alrededor cuando estás en clase y te das cuenta de que se termina, ni vas a dar más clases de francés, ni historia, ni inglés con ninguno de los compañeros con los que ahora compartes clase y la has compartido durante tanto tiempo, con los que has reído, enfadado por exámenes que la mitad de la clase quería en una fecha y la otra, en otra.
Echas la vista atrás y piensas en lo que has aprendido, piensas que estabas agobiado porque tenías que echar fotos en Proyecto Integrado ahora en 2º o comentar películas en 4º, pero que ojalá lo hicieses para siempre si eso supusiera que esta época no acabase.
Este tema es un poco subjetivo en función de cómo hayas vivido el instituto, y aunque se diga que se quiere crecer, ir a la universidad, independizarse, hasta que no nos vayamos de casa no nos daremos cuenta de lo realmente bien que vivíamos en el instituto.
Quizá yo soy una persona muy nostálgica y que se para a pensar cosas que quizás otros dejan pasar desapercibidas, pero lo que sí tengo claro es que no cambiaría ninguno de los años que he vivido, puesto que éstos son los que me han hecho ser la persona que soy ahora, tener los amigos que tengo y tener los conocimientos que ahora sé.

Así que solo me queda decir gracias a todo el que ha formado parte de estos años.