martes, 5 de mayo de 2015

Recuerdos de mi paso por el San Juan de Dios

6 años, innumerables historias.

Cuando llegas a Segundo de Bachillerato toca plantearse qué ha pasado con aquellos chavales de 11 o 12 años que entraron en 1º de la ESO siendo niños.

Niños con miedo al instituto, con un futuro incierto, abierto a infinitas posibilidades, niños que al fin y al cabo eran eso, niños.
Yo estaba en ese grupo de 1997 que entraron en el instituto en aquel Septiembre 2009, tan perdida como los demás y que ahora, en 2015, está a un mes de acabar el instituto.

Teniendo en cuenta que yo provenía de un colegio no demasiado numeroso, en mi nueva clase tenía mayor cantidad de nuevos compañeros que conocidos, lo cual me llevaba a, por así decirlo, empezar una "nueva vida".

Primer día de clase, nuevas caras, nuevos profesores, nuevas sillas y mesas, no sabía que ese sería el comienzo de algo grande, lleno de alegrías, tristezas, agobios, amores y mil aventuras.

Yo no sé qué pensaría la chica con la que me senté el primer día de clase cuando en lugar de presentarme, directamente le pedí un lápiz y una hoja porque yo no llevaba nada, pero a día de hoy es una de las personas más importantes para mí, qué mejor que conocerse entre risas, ¿no?

1º de la ESO, 2º o incluso 3º me pillan tan lejos en el tiempo que es difícil recordar, sin embargo de 3º de la ESO me llevo ese viaje a Cantabria en el que todos debimos perder unos kilos por culpa de aquella comida que no había quien se tragara, en el que dejamos nuestros nombres en el armario de la habitación solo porque había nombres de anteriores estudiantes o aquella última noche en la que todos entre lágrimas nos encerramos en el módulo de los chicos porque canarios y asidonenses ya no nos queríamos separar nunca más.

En 4º es imposible dejar de lado Roma, posiblemente la mejor excursión que se puede hacer durante todo el instituto. En esa excursión todos se olvidan de las diferencias que se tienen en Medina o enfados, todos éramos amigos, compañeros, lo que hiciese falta. Realmente me gustaría recordar más de lo que lo hago este viaje, porque en mi opinión marca un antes y un después. Cómo anécdota de este viaje, no se puede obviar aquella noche en la Fontana di Trevi en la que se nos hizo tarde y tuvimos que salir corriendo con los helados para no perder el tren de vuelta al hotel. Teniendo en cuenta que estabamos estrozadísimos de todo el día caminando, fue duro, pero muy divertido.

Y después de 4 años en los que ya estás totalmente asentado en el instituto, te dicen que tienes que entrar en Bachillerato, dar un último empujón porque la Selectividad está a la vuelta de la esquina. Se veía tan lejos la Selectividad desde 1ºde Eso... Pero no, ya estaba allí, aún la veías lejos pero sabías que de un momento a otro llegaría y que el camino hasta ella era bastante duro.
En 1º De Bach te das cuenta de que la cosa ya es seria, te entran los agobios, tienes que estudiar más que antes, tienes menos tiempo para todo, pero eso no quita que tengas que dejar de tener vida social, ni mucho menos. Para mí, los dos mejores años en que mejor me lo he pasado y he forjado mejor amistad con mis amigos han sido sin duda estos dos cursos de bachillerato, y a pesar de los agobios no los cambiaría por nada.
Aún así todavía te tomas la cosa con calma, porque dices 'Bueno, aún es 1º, queda tiempo'. De este curso me llevo sin duda la excursión a Granada, creo que disfrutamos todos como niños en la nieve.

Y llegaba 2º de Bachillerato, ese curso en el que escuchas más Selectividad que horas tiene el día. Ese curso en el que te ríes de los que ahora están en 1º de Bach porque no tienen ni idea de lo que es el agobio.
Ahora que este largo camino de 6 años se está acabando, miras a tu alrededor cuando estás en clase y te das cuenta de que se termina, ni vas a dar más clases de francés, ni historia, ni inglés con ninguno de los compañeros con los que ahora compartes clase y la has compartido durante tanto tiempo, con los que has reído, enfadado por exámenes que la mitad de la clase quería en una fecha y la otra, en otra.
Echas la vista atrás y piensas en lo que has aprendido, piensas que estabas agobiado porque tenías que echar fotos en Proyecto Integrado ahora en 2º o comentar películas en 4º, pero que ojalá lo hicieses para siempre si eso supusiera que esta época no acabase.
Este tema es un poco subjetivo en función de cómo hayas vivido el instituto, y aunque se diga que se quiere crecer, ir a la universidad, independizarse, hasta que no nos vayamos de casa no nos daremos cuenta de lo realmente bien que vivíamos en el instituto.
Quizá yo soy una persona muy nostálgica y que se para a pensar cosas que quizás otros dejan pasar desapercibidas, pero lo que sí tengo claro es que no cambiaría ninguno de los años que he vivido, puesto que éstos son los que me han hecho ser la persona que soy ahora, tener los amigos que tengo y tener los conocimientos que ahora sé.

Así que solo me queda decir gracias a todo el que ha formado parte de estos años.



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